dimarts, 17 de febrer del 2009

Los films Bardot vistos desde el otro lado del Estrecho

Crònica d'ara fa mig segle, datada a Tetuan (Regne del Marroc) el 2-10-1959 i escrita per Otes, pseudònim d'Emili Casademont, redactor del "Diario de África", per a la Página Especial Cinematográfica d'EL MUNDO DEPORTIVO. Extreta el 17-2-2009 de l'hemeroteca digital, acabada d'estrenar, d'aquest diari barceloní.

Conozco a Brigitte Bardot. No personalmente, pero sí artísticamente. Porque la excitante estrella del séptimo arte francés aparece muy a menudo en las pantallas marroquíes.

B.B. goza en todo este territorio de una gran popularidad, sus películas, proyectadas aquí sin mutilación de censura, atraen cual influjo magnético a los espectadores.

En España, por lo que leo en la crónica publicada en EL MUNDO DEPORTIVO por el admirado colega Pedro Balart Codina, Brigitte Bardot es poco menos que una desconocida. Desconocida, claro, en lo concerniente a sus cualidades artísticas verdaderas. Porque en nuestra patria, afortunadamente, se ha podido poner coto a esta alarmante invasión cinematográfica moderna, que ha sufrido y sufren las salas dedicadas al cinema.

Esta nueva clase de cine, a pesar de las severes críticas que algunos países han desatado sobre la misma, va ganando posiciones día a día. Sus promotores e intérpretes justifican o intentan justificarse con argumentos más o menos convincentes. Henri Vidal, por ejemplo, manifestaba no hace mucho tiempo, saliendo al paso de cierta campaña periodística contra esta especie de películas, que sólo hay "impudeur" en casa de los que la buscan. Y agregaba:

-Yo encuentro el cine francés ahora, mejor que antes. Y menos hipócrita que los demás...

Henri Vidal, el famoso astro del celuloide galo, hablaba por la cuenta que le traía, pues las últimas producciones B.B. no son, precisamente, "toleradas para menores". He aquí un significativo título: "En cas de malheur".

Aquí, en Tetuán, donde un tanto por ciento bastante respetable de películas son presentadas al público en versión francesa, hemos tenido ocasión de ver cintas realmente interesantes de este género, pero cintas, muchas veces, que jamás deberían ser proyectadas para la masa, pues ésta no suele estar lo suficientemente preparada para degustarlas. El caso de "Les dangers du désir" ("Los peligros del deseo"), científica cien por cien, fué un claro exponente de lo dicho.

La producción danesa "Carl girls", que obtuvo un señaladísimo éxito tanto en Tetuán como en Tánger, sin citar Casablanca, Rabat, etc., constituyó mi bautismo periodístico por lo que se refiere a este tipo de cinematografía. Su argumento no dudo que fuera interesante, pues presentaba al desnudo un problema humano y real de la vida. Pero creo que la manera de servirlo al espectador era demasiado descarada.

Mas vayamos a lo que interesa: Brigitte Bardot. Su célebre cinta "Et Dieu creá la femme" ("Y Dios creó la mujer"), fué proyectada hace poco más de un año en el Cine-Teatro Nacional -de filiación hebrea- de la típica calle de La Luneta tetuaní. Y, debido a la gloria cosechada, ha vuelto a ser exhibida en sesiones de "reprisse" en ulteriores circunstancias. La más reciente hace cuestión de tres semanas.

Y ha sido en esta última ocasión, cuando la ví, movido más que por nada por el impulso crítico de mi profesión. Me pareció una película corriente, cuyo tema, un tanto escandaloso, como puede imaginarse el lector, sólo puede interpretarlo una artista como Brigitte. Porque otra clase de artista se negaría, a buen seguro, a posar ante las cámaras como ella.

¿Es, en realidad, una buena actriz Brigitte Bardor? He aquí la incógnita que no han podido despejar los críticos españoles, por cuanto en la Península Ibérica las producciones de B.B. que supongo estrenadas no llegarán siquiera a contarse con los dedos de la mano derecha y en ninguna de ellas ha intervenido como protagonista.

Yo, simplemente, voy a exponer mi punto de vista sincero. Brigitte Bardot divide las opiniones del espectador. Mientras unos aseguran por todo lo alto que se trata de una actriz de bellas y espléndidas cualidades dramáticas e interpretativas, otros, por el contrario, no se recatan en afirmar que B.B. como actriz es una nulidad.

¿A quién debemos dar crédito? Creo, a mi modesto juicio, que debemos colocarla en un término medio. El espectador que acude a los cinematógrafos a presenciar una de sus cintas, solamente ve a la Brigitte Bardot escandalosa, provocativa, impúdica...

Pero el verdadero cineasta, a quien le gusta saborear el cine, sólo -como yo- puede opinar que B.B. es una estrella más de la constelación cinematográfica, que sin el relumbrón de sus escándalos perdería todo su fulgor...

OTES
Crítico de "Diario de África"